La baja en Monterrey ha tomado síntomas crisis, y este sábado propinó un golpe directo a la fe: Rayados cayó 2-1 como local ante el Cruz Azul, en un duelo donde el futbol y las ganas de ganar se ausentaron del cuadro de casa.
La teoría de que el plantel regio sufría por estar incompleto quedó en entredicho, luego de sumarse otro resultado negativo, esta vez con todos sus estelares en el campo, ante una Máquina que tuvo el mérito del oportunismo para sumar su primer triunfo fuera de la capital.
El barco rayado navega en el campo sin estilo ni dirección, y pese a lucir con la oportunidad de trepar en la tabla pareció conformarse con depender de otros resultados para no salir de la zona clasificatoria.
Y si el espíritu colectivo del equipo resultó cuestionable, más lo fue el peso de sus individualidades, apagadas en su totalidad y sin inventiva para cambiar la historia. Humberto Suazo, muchas veces el salvador del plantel, esta vez fue el reflejo de un grupo sin ganas de jugar.
Pero más que el nivel, fue principalmente el aire desobligado del equipo el que decepcionó a los 33 mil seguidores que abarrotaron el Tec, y quienes se cansaron de suplicar por una reacción, que jamás llegó.
¿Algo más? Para infortunio de Rayados, sí. César Delgado salió lesionado en lo que podría ser un desgarre, y Monterrey perdió por suspensión a Aldo de Nigris, quien recibió la tarjeta roja directa a 10 minutos del final.
Con el resultado, La Pandilla de Vucetich se quedó con 13 puntos, con apenas un triunfo en sus últimos cinco partidos de Liga, complicado también en la Liga de Campeones de Concacaf. La Máquina, en tanto, llegó a 17 unidades y se trepó momentáneamente al tercer puesto general, a la espera de las combinaciones.
La tarde marcó el retorno del Monterrey a su horario de las 5:00 de la tarde, pero la mentalidad del plantel se quedó dos horas en el futuro, al entrar dormido al campo hasta verse 1-0 abajo en el marcador.
Corría el minuto 4’cuando Edixon Perea recibió en el frente celeste, y tras un rechace defensivo metió el balón para la entrada de Villaluz, quien fusiló a Orozco con disparo arriba.
El esfuerzo solidario no fue invitado al planteamiento rayado, y de todos modos Monterrey tuvo para empatar al 7’. Suazo encontró un balón en el área tras un tiro de esquina, pero estando de frente al marco machucó el esférico y se fue por un costado.
La Máquina no tuvo a Emmanuel Villa por lesión, pero la novedad era el retorno de José de Jesús Corona al marco, luego de la suspensión por los incidentes en Morelia de la semifinal pasada.
La suerte le sonrió a los de casa al 11’, cuando Luego de un centro de esquina, ‘Chelito’ encontró un balón a primer palo y fusiló entre un bosque de rivales, marcando el 1-1 que no festejó por respeto a su ex equipo.
Pero la felicidad momentánea se desdibujó al 17’, cuando Delgado se quedó parado en el campo por la lesión en la pierna izquierda, dejando el cuadro para la entrada de Santana. Al 18’ el puntero le dejó la pelota a Suazo en el área, y el chileno, de frente, apenas le puso una caricia al balón para dejarla en las manos de Corona.
Fue todo en el primer tiempo, y para el complemento Enrique Meza sacó a Alejandro Castro para poner en su lugar a Javier Aquino. La Máquina se vio letal en el frente, encontrando espacios que al poco tiempo incidieron en el marcador.
Al 51’ Aquino desde la izquierda desbordó y le dejó el esférico arriba a Perea, quien ganó en el área para cruzar su remate de cabeza, en el 2-1 que dejó congelado a Jonathan Orozco.
Vucetich, desde un lugar en la tribuna, sacó a Cardozo al 63’ para la entrada del joven Jesús Manuel Corona, quien ordenó un poco el frente rayado, aunque sin un socio para construir algo en el área. Cruz Azul dio otro aviso al 65’, en una jugada individual de Villaluz que entró recortando gente en el área, pero Orozco desvió a córner su disparo con etiqueta de gol.
La zaga rayada era un buolevard de libre tránsito, y Monterrey se cansó de jugar mano a mano con la delantera celeste, que perdonó el 3-1 en varias ocasiones.
Con todo La Pandilla tuvo la oportunidad de rescatar algo ya que al 75’ Suazo le dejó un balón solo a Santana para fusilar, pero éste la mandó por un lado estando solo en el área y de frente al marco. Era el 2-2 y perdonó.
Y el poco espíritu de lucha que le quedaba al Monterrey se escapó al 80’, cuando De Nigris se ganó la roja directa por una patada sobre Waldo Ponce en el medio campo. Ahí terminó el partido en el sentido de disputa.
Meza se dio cuenta que era momento de amarrar el triunfo, y sacó a Perea y Villaluz para mandar a Orozco y Gutiérrez. Vucetich quemó su última carta poniendo a Carreño por Sergio Pérez.
El árbitro Jorge Isaac Rojas agregó cuatro minutos al encuentro, y Monterrey no sólo no aprovechó para volcarse al frente, sino que se salvó del 3-1 al 93’, cuando el ‘Chaco’ Giménez se fue mano a mano con Orozco y tuvo para la humillación, pero Jonathan le ganó.
El final llegó, y el abucheo de la tribuna se confundió con el aplauso de muchos, síntoma del desconcierto anímico que hoy impera en el entorno albiazul.
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